La osteopatía visceral va encaminada a devolver la movilidad a una o varias vísceras o a los tejidos que participan en su función y que tienen restricciones de movilidad. Esta situación impide la buena movilidad armónica entre las vísceras y altera el ritmo del diafragma, impidiendo así el buen funcionamiento.
Las restricciones de movilidad pueden venir dadas por diferentes motivos, entre ellos podemos destacar las malas posturas forzadas, cirugías previas (adherencias de cicatrices), inflamaciones de membranas viscerales, alteraciones posturales, …etc
Si la víscera tiene una restricción de movilidad, el cuerpo realizará una adaptación a costa de otras estructuras, generándose así disfunciones o alteraciones. Existe una gran relación entre la correcta mecánica vertebral y el buen movimiento visceral. Si uno de ellos se ve alterado, influye directamente sobre el otro y viceversa (reflejos víscero-somáticos y somato-viscerales).
Si esta perturbación se mantiene en el tiempo, afectará a la irrigación visceral y por ende a su movilidad. Es por eso que una situación así cronificada, está preparando el terreno para la posible aparición de una disfunción y/o enfermedad.
Mediante la osteopatía visceral, se realizan manipulaciones suaves sobre las vísceras con restricción de movilidad con el objetivo de armonizar el movimiento y permitir al cuerpo reestructurarse y lograr el equilibrio.
La osteopatía estructural es aquella que va dirigida al aparato locomotor o al sistema músculo-esquelético.
Es aquella rama de la osteopatía que va dirigida a tratar la esfera del cráneo y la mandíbula o articulación temporomandibular (ATM).
Servicio destinado a etectar y entender un largo sinfín de síntomas que aparecen en los primeros meses de vida del bebé.
