Después del primer artículo sobre relatos de fertilidad que publicamos anteriormente, hoy os traemos la segunda entrega de relatos que algunas de nuestras mamás se han atrevido a escribir.
Os dejamos pues con los siguientes 3 relatos de familias que han pasado o están pasando por este tipo de situaciones o experiencias, relatados y escritos desde un punto de vista muy real y con mucho amor.
Si al leer los testimonios te sientes identificado/a y te apetece contarnos tu historia, puedes dejarnos un comentario al final del artículo.
Esperamos que disfrutéis de ellos tanto como nosotras lo hemos hecho al leerlos.
Las dificultades de ser madre que nadie te cuenta.
Yo siempre he querido ser madre. Pero nunca me hubiera imaginado que todo este proceso fuese a ser tan largo y tan duro. Un día, después de mucha reflexión y debate y con una copa de vino en la mano, mi pareja y yo decidimos que queríamos ser padre y madre. Así, que dejé de tomar anticonceptivos y nos pusimos manos a la obra.
Los primeros meses, al ver que no conseguíamos el tan deseado embarazo pensamos que no estábamos acertando en mis días de ovulación. Así que compramos un aparato para saber cuando ovulaba. Pasado un tiempo, nos dimos cuenta que igual teníamos algún problema, y acudimos al médico de cabecera que seguidamente nos derivó a fertilidad. Nos metieron en la lista de espera y nos dijeron que iba a ir para largo, así que decidimos irnos a una clínica privada.
Cuando nos empezaron a hacer las pruebas, me detectaron endometriosis y un quiste en uno de los ovarios y me dijeron que tenía que volver a Osakidetza para analizarlo. Por casualidad, unos días mas tarde nos llamaron de fertilidad y nos dijeron que en principio no había problema para la concepción y empezamos con las inseminaciones. No os voy a mentir. La sanidad pública tiene mucho que hacer en muchos ámbitos, pero en este sobre todo.
Algunos profesionales casi no te dan los buenos días y te tratan como un número más. Tu vas con toda la ilusión del mundo, y lo único que quieres es marcharte de ahí cuanto antes. La medicación que tomé, aunque yo no lo notaba, afectó mucho a mi humor,( o eso dice mi pareja) y también a mi enfermedad. El quiste aumentó de tamaño y decidieron operarme. Al mes siguiente de la operación me hicieron la siguiente inseminación.
De ahí nos derivaron a Bilbo, pero las listas de espera eran muy largas y decidimos volver a la privada. Ahí, con un gran coste económico y personal, decidimos hacer fecundaciones in vitro. Con nuestros óvulos y espermatozoides y con donantes. No tuvimos suerte.
Todo este proceso es muy duro. Nadie te cuenta todos los periplos, lloros y malas ostias que produce todo esto. Nadie te cuenta que no ha conseguido quedarse embarazada, que ha estado años para conseguirlo, que ha tenido que recurrir a las inseminaciones o a in vitros. Cuando lo compartes con la gente es cuando te lo empiezan a contar, y te das cuenta de cuantas personas estamos pasando por este proceso sin saberlo.
Estos procesos duran años, durante todos esos años, todos los meses te baja la regla. Y cada vez que te baja la regla es un infierno. Hayas tenido relaciones sexuales o no, te hayan hecho un inseminación o in vitro o no, siempre tienes una pequeña esperanza. Además todo el mundo a tu alrededor lo consigue (aunque en realidad no sea cierto) y tu no. Y es muy fustrante.
No sabes cuando parar. ¿Cuándo tienes que dejar de intentarlo? ¿Cuando ya no puedes asumir más gastos? ¿Cuándo ven que estas totalmente obsesionada con ello? ¿Cuándo asumes que realmente nos puedes ser padre y madre? ¿Cuándo te das cuenta de que programas hasta tus relaciones sexuales?. Es muy difícil. Tienes que tener un apoyo incondicional, que en mi caso ha sido mi pareja, mis amigas y mi familia, sobre todo mi pareja.
Nuestra terapia para hacer frente a todo esto ha sido contarlo. Nosotros hemos vivido todo este proceso con nuestra gente mas querida, y eso ha sido un gran apoyo. Por una parte ha sido muy duro porque cada vez que un proceso fracasaba teníamos que avisar a todo el mundo, y contarles lo que te había pasado. Muy duro pero a la vez muy reconfortante.
Después de un tiempo para asimilar todo esto, nos hemos dado cuenta de que no se acaba el mundo, que como pareja hemos salido fortalecida y que aunque no podamos tener hijo@s biológicos queremos pasar por esa experiencia y queremos dar la oportunidad a todos esos niños y niñas que por desgracias de la vida se ven abocados a vivir en un piso o centro de acogida. Así, que vamos a iniciar el proceso para querer ser familia de acogida, y digo querer porque no solamente es llenar nuestro deseo si no hay más factores a tener en cuenta, dicho de otra manera, no va a ser un camino de rosas, pero nos apetece andarlo.
Un largo camino con final feliz.
Cuando nos planteamos tener un bebe jamás nos imaginamos que tardaríamos casi 4 años en conseguirlo. Durante todo el proceso, en más de una ocasión pensamos que no lo lograríamos. Los primeros meses teníamos mucha ilusión pero poco a poco al ver que el embarazo no llegaba empezamos a pensar que habría algún problema. El médico de cabecera decía que la clave era relajarnos y que ya llegaría, así que pasó bastante tiempo hasta que nos vió el ginecólogo, quién nos derivó al servicio de fertilidad del HUA.
Allí nos atendieron 4 meses más tarde y empezaron las primeras pruebas y las primeras decepciones ya que los primeros resultados no fueron demasiados esperanzadores: baja reserva ovarica, factor tubárico, un quiste y sospecha de endometriosis.
En nuestro caso lo más recomendable era la FIV para la que nos pusieron en lista de espera para Cruces. Mientras tanto hicimos las cuatro inseminaciones artificiales que entran en Osakidetza en el HUA.
A pesar de saber que había pocas posibilidades de que el resultado fuera positivo cada vez que el tratamiento fallaba el golpe era muy duro. Antes de ir a Cruces decidimos ir a un centro privado ya que el tiempo también jugaba en nuestra contra. Allí nos sometimos a una FIV. Estabamos tan convecidos de que este tratamiento funcionaría que cuando nos dijeron que no había sido así, nos llevamos una gran decepción.
En un primer momento pensamos hacer otro tratamiento en la clínica pero después de una larga reflexión decidimos esperar los 3 meses que faltaban para nuestra cita en Cruces. El miedo a fracasar otra vez fue el principal motivo por el que decidimos esperar y fue una gran decisión ya que nos tomamos esos meses como unas vacaciones: sin inyecciones, sin esperas, sin dudas, sin presión …
Llegamos a Cruces con nuevas energías y eso que sólo teníamos una oportunidad y un sólo preembrión. Hubo algunos médicos que creían que conseguirlo sería un milagro pero la doctora que nos atendió nunca perdió la esperanza y así nos lo trasmitió. El milagro se hizo posible y hoy en día podemos disfrutar de nuestro pequeño.
Cuando lo natural no funciona…
Seguramente en éstos momentos haya muchas parejas / mujeres inmersas en un tratamiento de fertilidad, sé que es un proceso que puede resultar duro y molesto, yo también he pasado por eso y tengo mi propia experiencia que voy a contaros por si pudiera servirle de ayuda a alguien.
Me casé en Noviembre de 2014 y en ese momento mi pareja y yo decidimos dejar de poner medios para tener familia por lo que dejé de tomar la píldora. Volvimos de viaje de novios y no me vino la regla pero no estaba embarazada, acudimos al médico ya que seguía sin tener la regla y era mucho retraso, cuál fue nuestra sorpresa cuando nos dijeron que mi cuerpo no reglaba de forma natural, al haber estado años tomando la píldora ese problema estaba “camuflado”. Por no extenderme demasiado en detalles médicos, os diré que tengo un problema vascular que me hizo perder mucho peso, seguramente la falta de regla empezó ahí, con la pérdida de peso.
Teníamos muy claro que por un lado, yo tenía que recuperarme pero por otro lado teníamos la ilusión de tener familia. Entre mi pareja y yo lo habíamos hablado muchas veces que si llegado el momento no pudiéramos concebir de forma natural lo haríamos a través de un tratamiento de fertilidad y si aún así no resultara, incluso adoptar.
El tiempo pasaba y yo seguía con médicos y pruebas y sin regla…así que ni siquiera podía decir que estaba intentando tener familia…y en algunos momentos sí que me sentía de bajón, pero por suerte, lo que me daba fuerza para seguir adelante era el hecho de saber que de una manera u otra llegaríamos a ser aitas, y eso es algo a lo que me agarraba y me tranquilizaba, afortunadamente hoy en día existen diferentes opciones.
En Noviembre de 2015 empezamos tratamiento de inseminación artificial, sabíamos perfectamente en qué consistía y teníamos muy presente que no sería algo que lograríamos a la primera… (no suele ser lo habitual). En total han sido 4 tratamientos pero con un parón de 1 año y medio en la mitad donde por fin los médicos me diagnosticaron el problema vascular que tenía y tuve que estar en tratamiento para recuperarme. Estamos en Abril de 2018 y estoy embarazada de 26 semanas y traigo mellizos…no podemos estar más contentos!!
Conozco gente que ha llevado muy mal el tratamiento por las inyecciones y los efectos de tantas hormonas, el miedo a que no resulte…yo la verdad que desde el principio lo he llevado muy bien. Estaba muy mentalizada y sabía que no sería algo rápido y de verdad que lo que me daba la tranquilidad y fuerza para llevarlo con la mejor actitud posible era el saber que ya estábamos en ello y que llegaría tarde o temprano pero que llegaría.
Otro factor muy importante es la pareja. Es cierto que en el proceso de inseminación la parte digamos que más lo sufre es la mujer pero no hay que olvidarse de la pareja…no es fácil para ellos tampoco…es un proceso de dos y nos tenemos que apoyar el uno en el otro.
Cada vez que tenía que pincharme estábamos los dos, era ya como un ritual, él me ayudaba a preparar la solución y aunque me pinchaba yo, siempre estaba conmigo. Y las veces que salieron fallidas siempre tirábamos el uno del otro recordándonos lo mismo…que no pasaba nada, que por suerte ya estábamos poniendo solución y que tarde o temprano llegaría.
Como he comentado anteriormente, siempre lo hemos llevado con mucha naturalidad, no ha sido ni es un tema tabú y la familia y amigos siempre lo han sabido y creo que es algo que nos ha ayudado mucho a los dos. Eso ha provocado que todos hayan contribuido a hacer de éste proceso algo normal por lo que no nos hemos sentido agobiados ni hemos tenido que andar con pequeñas mentiras…a mí por lo menos éste entorno me ha ayudado mucho y al final, el que nosotros estemos tranquilos, sobre todo la mujer creo que ayuda a que todo sea mucho más llevadero.
Si tuviera que dar algún consejo a personas que estén o que vayan a iniciar un tratamiento sería que trataran de llevarlo de la manera más natural posible, que entiendan que es un proceso que puede ser largo y aunque en ocasiones pueda resultar duro, hay que tener siempre muy presente el motivo por el que se hace, traer un bebe al mundo y formar una familia.
Quiero dar las gracias a todas las que contais vuestra historia y normalizais la reproducción asistida, algo por lo que estamos pasando mas familias de las que creemos…
Yo ahora mismo estoy esperando el resultado de mi 3a IA y como habéis comentado, se me hace mucho más fácil compartirlo con mi familia y amigos más cercanos… Ojalá que poco a poco naturalicemos este proceso que en ocasiones es difícil y otras veces nos lo ponen difícil…
Tengo claro que nunca voy a esconder este proceso por lo que estoy pasando, tanto si consigo mi final feliz como sino, porque considero que estare ayudando a gente que pueda encontrarse en esta situación…
Enhorabuena a los futuros mamas y papas y mucho animo a la gente a la que todavía le queda camino que recorrer.
Lucía