En Hegoa abordamos el tratamiento de la infertilidad funcional desde un punto de vista global. Una decisión que ha sido tomada tras haber detectado una importante ausencia en la oferta de tratamientos relativos a un campo que no sólo cubre una necesidad social sino que complementa y mejora la oferta de un mercado correspondiente al terreno médico.
Según los estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay entre 60 y 80 millones de parejas infértiles en el mundo. Casi un 10% de estas presentan síntomas de esterilidad primaria, es decir, no han podido lograr un embarazo después de un año de relaciones sexuales sin protección. Por otro lado, en torno al 25% sufren esterilidad secundaria: parejas que han logrado al menos un embarazo, pero tienen dificultades para volver a concebir.
Según se puso de manifiesto en el último Congreso Nacional de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), en España hay más de 800.000 parejas estériles, una cifra que crece de forma gradual y a un ritmo de 16.000 casos por año.
Asimismo, buscando aportar NOVEDADES que marquen la DIFERENCIA, abordaremos el tratamiento de la INFERTILIDAD FUNCIONAL para ayudar a parejas con dificultades a la hora de concebir un bebé.
Por norma general, después de todas las pruebas realizadas por los médicos, hay aspectos que no se valoran como son la movilidad y la correcta funcionalidad del sistema visceral uro-ginecológico.
Para llegar a un buen diagnóstico primeramente se ha de hacer una exploración de todo el cuerpo en su conjunto y en específico se han de investigar todas las estructuras con pérdida de movilidad relacionadas con el útero, tanto a nivel estructural y neurológico como a nivel vascular.
Los objetivos del tratamiento pasarán por mejorar la movilidad de todas las estructuras hipomóviles, reducir la congestión, mejorar la circulación y reducir la sobre-estimulación neurológica para el correcto funcionamiento. Con esto, si no existe ninguna alteración de la estructura, el cuerpo de la paciente sería capaz de iniciar un nuevo ciclo menstrual en el que tras la ovulación y fecundación, se produciría la anidación y el fenómeno de la vida contrayendo la unión celular y la formación de un nuevo ser.
Técnicas dirigidas a aumentar los factores de éxito en el final del embarazo, el parto y el postparto inmediato.
Técnicas de trabajo dirigidas a restablecer las diversas modificaciones que nos podamos encontrar en los tejidos de la mujer tras dar a luz.
Ejercicios dirigidos para el denominado “postparto normal”, en el cual las mujeres presentan disfunciones propias derivadas del parto sin una gravedad elevada.